La novela española de 1939 a 1974

NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 a 1974:

La novela de la posguerra va a estar condicionada por las consecuencias económicas, políticas, ideológicas y sociales de la Guerra Civil y la consecutiva dictadura del general Franco. Durante esta etapa se produjo el exilio de numerosos artistas y falta de recursos.

Novela de autores exiliados:

Buena parte de los novelistas tuvieron que dejar el país. Entre sus líneas temáticas destacamos: la rememoración del pasado, el testimonio del presente (para plasmar la realidad) y la España inventada (a causa de la nostalgia). Sus autores más importantes son: Ramón J. Sender, Rosa Chacel, Max Aub y Francisco Ayala. Ramón J. Sender fue uno de los representantes del realismo social, dividiendo su obra en narraciones históricas, relatos satíricos y novelas autobiográficas. Su mayor obra es Réquiem por un campesino español, una novela corta que relata la vida de un fusilado al principio de la guerra.

Novela existencialista de los años 40

Se caracteriza por unas duras condiciones de vida y la instauración de una censura en España. Se publican novelas heroicas (relatan el conflicto desde la perspectiva de los vencedores y exaltan los valores del nuevo régimen), de realismo decimonónico (plasman las formas de vida de la burguesía). Por otra parte, el realismo tradicional evoluciona al tremendismo, en el cual los protagonistas son narradores marginados y la trama presenta un ambiente opresivo. Estas características las vemos reflejadas en la obra La Familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela (relato autobiográfico de un campesino condenado por asesinatos con un trágico final). Nada de Carmen Laforet (relato autobiográfico de un joven que vive entre dos mundos: el hostil de su hogar, y el abierto de las calles de Barcelona), es la obra más representativa del existencialismo.

Novela social de los años 50

A principio de los años  50, la novela se emplea como instrumento de denuncia de la situación social con el objetivo de que la gente tome conciencia de las injusticias y desigualdades. Esta novela social, opta por el objetivismo, mediante el uso del narrador externo a los acontecimientos, importancia del diálogo que refleja el habla coloquial, un protagonista colectivo (normalmente un grupo social) y un espacio y tiempo que se encuentran concentrados en la novela siguiendo un orden cronológico.

La obra característica de esta época es La Colmena de Camilo José Cela. En ella introduce innovaciones como el protagonista colectivo, la narración omnisciente dividida en secuencias o fragmentos, y acciones que se desarrollan de manera simultánea.

El Jarama de Rafael Sanchez Ferlosio, plasma las características de la novela objetivista, perfectamente con un narrador objetivo, el predominio del diálogo manifestando el habla coloquial y la simultaneidad de las acciones.

Sobresalen también Miguel Delibes, con Las Ratas y El Camino, en las que se manifiesta el realismo crítico, y Carmen Martín Gaite, con Entre visillos representando una perspectiva intimista.

Novela de 1962 a 1975:

Por otro lado, en los años 60, la novela social evoluciona a una novela experimental, favorecida por la entrada de España en la sociedad moderna del consumo. En esta novela se aplican nuevas técnicas narrativas como: un nuevo tema, la búsqueda de la identidad de los personajes, creando así el monólogo interior. En el argumento se da más importancia al modo en el cual suceden los acontecimientos y se recupera el personaje individual. Se crea un punto de vista múltiple que mezcla narraciones en primera, segunda y tercera persona. Son frecuentes los saltos temporales, las elipsis y una renovación del lenguaje preocupándose por los aspectos formales.

La obra más característica fue Tiempo de Silencio de Luis Martin Santos, que pretende hacer una crítica hacia la sociedad, mediante recursos como la visión sarcástica del narrador omnisciente, el abundante monólogo interior y el desarrollo de la acción en distintos espacios.

Otra obra muy importante seria Cinco horas con Mario de Miguel Delibes que refleja un conflicto entre dos grupos sociales: el progresista y el tradicional, manifestado en el hombre y la viuda. Todo el relato se trata de un largo monólogo por parte de la mujer del difunto siendo este el incomprendido por su esposa.

Otras obras de esta novela sería Volverás a Región de Juan Benet (acción desarrollada en un lugar imaginario con largos monólogos) y Señas de Identidad con Juan Goytisolo (refleja el caos vital del protagonista mediante una estructura compleja).