El Perspectivismo: La realidad desde diferentes puntos de vista

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EL PERSPECTIVISMO

La auténtica realidad, el mundo aparente, el devenir, es inaccesible (incognoscible). La percepción sensible no muestra la auténtica realidad, sino una realidad deformada por nuestra particular forma de percepción. Eso lo explican las diferentes percepciones de los distintos seres vivos. Al hombre le cuesta reconocer que el insecto o el pájaro perciben el mundo de forma completamente distinta. Pero los otros seres perciben la realidad de un modo distinto al humano captando colores o sonidos inaccesibles para el hombre. La verdad no se manifiesta, por tanto, en la percepción sensible (como diría un empirista).

La auténtica realidad es inaccesible pues se interpreta desde una cierta perspectiva (perspectivismo), desde la manera cómo están configurados los órganos sensoriales. Todas las percepciones son incorrectas, pues dependen de una perspectiva, de un punto de vista diferente tan valioso como cualquiera de los otros. A un gato, su manera de percibir el mundo le resulta la más valiosa, pues le es útil para sobrevivir. Lo mismo ocurre con el hombre.

Además, la "percepción correcta" es un absurdo lleno de contradicciones, puesto que la esfera del sujeto que percibe (algo psíquico) y la del objeto percibido (algo material) son dos esferas absolutamente distintas.

No hay un mundo verdadero, sino distintas interpretaciones. Hay pluralidad de interpretaciones y todas son válidas. Existen varias verdades y, por tanto, ninguna verdad. "¿Qué es esto?" es siempre "¿Qué es esto para alguien?"

No se trata de encontrar una esencia verdadera -imposible de conocer- sino de experimentar la plenitud de la individualidad, aprender a vivirla como pluralidad.

El problema de la "verdad" adquiere un nuevo sentido. La falsedad o error de un juicio no es una objeción contra ese juicio. La cuestión es si ese juicio favorece la vida o no, si la hace más grande o no. Si esa verdad favorece la vida, habría que aceptarla; si fuera contra la vida y nos lleva al nihilismo habría que rechazarla.

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