Piedad del Vaticano: Miguel Ángel Buonarroti

Clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 2,1 KB

Se trata de un grupo formado por dos esculturas de bulto redondo; una representa una mujer joven, ataviada con amplios ropajes y sentada, la otra, que reposa inerte en su regazo, es una figura masculina, representando a Cristo.
El material es mármol blanco. Las superficies ofrecen un acabado exquisito, con calidades de esmalte y textura tersa, que contrastan con la base. Está concebida para observarse frontalmente. La composición sigue un esquema piramidal, resultando armoniosa la unidad de las dos figuras, expresión de la racionalidad abstracta propia del clasicismo.
La luz incide de una manera homogénea y suave, dando lugar a un claroscuro moderado.
La expresión es figurativa, naturalista, pero idealizada. Responden los personajes a unos arquetipos de belleza serena y majestuosa y en el caso incluso de Cristo permite un alarde de virtuosismo en la anatomía. Hay un gran dramatismo, que se manifiesta de una manera contenida y que se resume en la mano extendida de la Virgen.
Es un tema de origen nórdico, frecuente en la escultura gótica introducido en Italia por artistas ambulantes. Miguel Ángel lo labra durante su periodo de juventud, pues aquí aún labra con trépano. En la figura de la Virgen acentúa más la aceptación de su destino, mientras que el sereno Cristo muerto trata que lo humano no desaparezca tras lo divino. Incurre Miguel Ángel en ciertas paradojas, tales como, Cristo, a pesar de muerto, conserva un pulso de vida y perfección apolínea, mientras que la Virgen, siendo la Madre, es tan joven o más que Él. Estos rasgos no hacen sino materializar la manifestación del ideal neoplatónico, según el cual la belleza física es la manifestación de un espíritu noble; la juventud de María no es sino un símbolo de su pureza perpetua y su virginidad y el tamaño menor de Cristo representa su derivación filial.
Las esculturas de su juventud se definen por su perfección técnica, belleza idealizada y clasicismo, en contraste con su madurez, donde el manierismo le lleva a evolucionar hacia la renuncia incluso a la belleza formal

Entradas relacionadas: