Tres Pilares de la Ética Filosófica: Aristóteles, Mill y Kant

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La Ética Aristotélica: El Fin Último y la Búsqueda de la Prudencia

Para Aristóteles, todos los actos humanos tienen un fin. Siempre que hacemos algo, lo hacemos para llegar a una meta o a un objetivo. Y esa meta u objetivo es lo que le da sentido a nuestro accionar.

El Hombre Prudente y el Término Medio

El hombre bueno es el hombre prudente, es el que busca el "término medio" entre los extremos. En las acciones y en las pasiones puede haber exceso, defecto o término medio.

Cometemos excesos cuando nos dejamos llevar por nuestros temores. En realidad, nadie puede ser elogiado o censurado por sentir tal o cual pasión o por sentir tal o cual temor. Lo elogiable o censurable es la forma en la que nos comportamos frente a esas pasiones o temores.

El término medio es relativo. Pero nadie nace con esa capacidad de elegir el término medio. Esta capacidad se aprende mediante la educación y la práctica reiterada de las buenas acciones. Adquirir esta capacidad nos hace dignos de ser felices.

El Utilitarismo de John Stuart Mill: Placer, Calidad y Bienestar General

Todo lo que deseamos, lo deseamos porque es placentero o porque es un medio para eliminar el dolor y producir placer. Pero no todo placer es deseable.

La Calidad de los Placeres

Para John Stuart Mill, los placeres se pueden diferenciar según su calidad:

  • Los placeres bajos (corporales).
  • Los placeres altos (creativos e intelectuales).

Frente a los que opinan que la felicidad es inalcanzable, Mill responde que es alcanzable siempre que no se la considere como una vida en continuo éxtasis, sino como una vida con momentos de exaltación, con pocos y transitorios dolores y muchos y variados placeres. Además, la utilidad incluye también la prevención o mitigación de la desgracia.

El Principio de la Mayor Felicidad

Hasta aquí, parece que el utilitarismo propone que cada uno busque su felicidad sin importarle lo que le suceda al otro. Sin embargo, el principio utilitarista propone que toda persona se ocupe al mismo tiempo tanto de la promoción de su felicidad particular como del incremento del bienestar general de todos los seres humanos.

Según la teoría utilitarista, debemos actuar procurando la mayor felicidad posible para la mayor cantidad de gente posible.

La Ética Deontológica de Kant: El Deber y la Ley Universal

La ley establece que lo bueno es lo que se hace por deber. Cuando nos proponemos hacer algo, debemos asegurarnos de que querríamos que todos los demás hicieran lo mismo si se encontrasen en la misma situación. Es decir, lo que creo que vale para mí debe valer también para todos los demás.

El Imperativo Categórico

Cuando actuamos bien, no tenemos dificultad en concebir que lo que proponemos hacer valga como ley universal.

Kant se opone a toda ética que valore los actos por sus fines. Lo que importa no es el fin de los actos ni los resultados concretos, lo único que importa es el querer, es decir, la intención del acto. Y la única intención que hace que un acto sea bueno es la intención de cumplir el deber.

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