Platón

Ser=inmutabilidad

La fundación de la metafísica; 1º y 2º navegación.

La Metafísica (también denominada por Aristóteles filosofía primera) se ocupa de las realidades que están por encima de las verdades físicas y tangibles. Es entendida como la ciencia que se pregunta por el ENTE; el primer principio del conocimiento; aquello que no puede ser demostrado por ser simplemente evidente e irrefutable y que se transformará en la base de todo conocimiento, ya que en él, o en el Ser, se unifican todos los conocimientos del hombre.

Para Platón, la fundación de la metafísica está vinculada a lo que denominó la 2º navegación, ya que la primera “impulsada por los vientos” (y encabezada por los filósofos naturalistas) no había logrado explicar la existencia del mundo sensible a través de lo sensible mismo (de las causas físicas a las que atribuían los naturalistas la existencia de lo Uno y lo Múltiple, como por ejemplo el agua el fuego, etc.).

Esta segunda navegación es la que está impulsada, una vez desaparecidos los vientos, por los remos de Platón quién realiza un aporte fundamental a la filosofía: La causa de lo físico no puede ser algo de su misma naturaleza, en este sentido las causas mecánicas o físicas son solo CON-CAUSAS, es decir causas al servicio de otras más elevadas. El nuevo camino se distingue por aspirar a la inteligibilidad del ser, hacia el descubrimiento de un mundo suprasensible, al cual platón conoce alejándose de las impresiones que recibía del mundo sensorial y refugiándose únicamente en lo que se puede captar con el intelecto y con la mente exclusivamente.

Él fue en la búsqueda de la causa superior que mediante su participación realizará a las cosas empíricas

Lo que hace a las cosas bellas, según Platón, no es ni su color ni su forma – estas son simples con-causas- sino que estas son bellas debido a que se encuentran ante la presencia, comunidad, o participación de una idea pura de lo bello en sí.  Esa idea pura hace que las cosas se realicen a través de con-causas físicas como la forma, el color, y tamaño.

Así la segunda navegación establece la existencia de dos planos del ser, uno fenoménico y visible y el otro meta fenoménico e invisible, que solo es aprehensible con la mente y en el cual yace el verdadero ser o ente causa de lo uno y lo múltiple.

La teoría de las ideas

Las causas de naturaleza no física son llamadas por Platón: “Ideas” que quiere decir Forma; son entidades substancias (y no simples conceptos); el ser por el ser mismo, la estabilidad absoluta.

Son la esencia de las cosas, lo que hace que estas sean lo que son y no otras cosas. Estas ideas son “en si” y “por si” lo que implica que no se dejan arrastrar por las transformaciones que sufren las cosas sensibles. Tienen un carácter absoluto e inmutable que se impone a lo sensible.

En el Fedro el conjunto de las ideas es denominado Hiperuranio  “lugar sobre el cielo”, o sobre el cosmos físico, lo que indica que el lugar donde se sitúan estas causas supremas es un NO LUGAR: el lugar de lo puramente inteligible, un mundo no espacial. Según platón este mundo es solo percibido por la parte más elevada del alma humana, nuestra inteligencia. El pensamiento puede pensarlas –a las ideas- solo cuando se halla liberado de lo sensible.

Estructura del mundo de las ideas: este mundo está compuesto por una multiplicidad de ideas, inmutables, eternas, que representan a distintos absolutos: ideas de valores éticos, estéticos, etc.  

En uno de sus diálogos, Platón plantea la imposibilidad de la existencia de lo UNO ABSOLUTO, ya que lo uno no es sin lo múltiple y lo múltiple tampoco es sin lo uno. En este sentido concuerda con Parménides en que no existe un NO SER, como negación del ser, pero sin embargo entiende que una idea posee un determinado grado de ser, ya que es una determinada cosa, y a su vez esta misma idea posee un infinito no-ser en su interior, ya que al ser una determinada cosa, ésta no está siendo una infinidad de altreidades existentes. Así Platón logra explicar la existencia de lo múltiple y del no-ser en el mundo de las ideas.

àààLas ideas en el mundo suprasensible se encuentran en quietud y movimiento. La quietud está vinculada a la idea en sí misma, ya que cada una es de modo inmóvil ella misma; el movimiento en cambio es de las ideas con respecto a otras ideas en la medida en la que participa de ellas o excluye la participación de otras.

En el vértice del mundo de las ideas en el que unas implican a otras superiores, Platón establece a la idea de bien como la principal. <Produce al ser y a la substancia, y a su vez convierte a las ideas en cognoscibles y a nuestra mente en cognoscente; no es substancia ni esencia, se encuentra por encima de ambas>. Este bien, posee un principio funcional en la creación denominado UNO, el uno resume al bien, ya que todo lo que el uno origina, es bien. El segundo principio que da origen es la DIADA, o dualidad de lo grande y lo pequeño, es ilimitado e indeterminado.

Todas las ideas surgen de la cooperación de estos dos principios, el uno actúa como principio formal –limitante y determinante- sobre la ilimitada multiplicidad y esta última actúa a modo de substrato

UNO:

·         Principio de ser: porque solo la delimitación de lo ilimitado da origen al ser.

·         Principio de verdad y de cognocibilidad: solo lo determinado es para la mente cognocible y verdadero

·         Principio de valor: la delimitación implica orden y perfección.

No existe una temporalidad en la génesis de las ideas a partir del uno y la diada, se trata más bien de una jerarquía (anterioridad y posterioridad) ontológica de algunas ideas sobre otras.

Génesis y estructura del mundo sensible; la función del demiurgo

En la creación del mundo sensible remonta al mundo de la ideas, ya que éste procede de las ideas que actúan como principios formales sobre el principio material, ilimitado e indeterminado: la realidad física. Sin embargo las ideas inteligibles para poder actuar sobre la CHORA (receptáculo sensible, indeterminado e ilimitado) necesita de un mediador al que Platón llama el DEMIURGO. Este “Dios hacedor” que por amor al bien, toma como modelo al Hiperuranio y lo plasma en la chora generando el cosmos físico.

En el esquema, el artífice (intelecto) y el modelo utilizado (las ideas) son ambos eternos, a diferencia de la creación (el mundo sensible) que por tener una génesis no es eterna pero tampoco perecerá, ya que este posee un alma, un cuerpo y un intelecto otorgados por el Demiurgo, quien por haber fabricado muy bien al mundo, y no haber dejado espacio a la corruptibilidad este no perecerá jamás, constituyéndose en un cosmos ordenado y en un dios al igual que lo son las estrellas y los astros.

El demiurgo, como hacedor o artífice es inferior y depende del mundo de las ideas, así como también se puede afirmar que la chora le preexiste. Nada de lo que ha producido por el demiurgo está sujeto a la muerte.     

El hombre según Platón

A diferencia de la relación entre las ideas y las cosas, Platón plantea una composición dual del hombre. Éste está compuesto de dos dimensiones que se oponen: cuerpo (dimensión física) y alma (dimensión metafísica o inteligible).

·         En el Alcibíades: Expone al cuerpo como cárcel del alma, como lugar de expiación. Mientras nosotros tengamos un cuerpo estamos muertos ya que en definitiva somos nuestra alma y esta se encuentra en una tumba, nuestro cuerpo físico. El cuerpo es la raíz de todo mal, origen de pasiones , enemistades, demencias y todo tipo de males que en si llevan a nuestra alma a la muerte.

·         En el Fedro: el mito del carro alado. Las almas que no logran alcanzar la llanura de la verdad en el ascenso, se apiñan y rompen sus alas cayendo a la tierra y dando origen a una nueva vida que es más moral cuanto mayor tiempo halla contemplado la verdad supra celeste. Al morir el cuerpo en el que el alma fue encarcelada, ésta pasa a ser juzgada durando su pena un milenio. Pasados los 10mil años todas las almas vuelven en compañía de los Dioses.

·         En la República: el mito del Er. Las almas antes de reencarnar y después de 1000 años de vida terrena se encuentran con la Moira Laquensis, (la hija de la necesidad) quien les ofrece (no la posibilidad de vivir o no) la posibilidad de elegir los paradigmas de las vidas que tendrán a continuación. Una vez que cada alma eligió su paradigma esta es irreversible, más tarde tras beber del rio del olvido bajarán a sus cuerpos para llevar adelante las vidas elegidas.

La anamnesis, la raíz del conocimiento

Refutando lo dicho por los Erísticos, acerca de la imposibilidad de buscar o conocer lo desconocido, Platón propone a la anamnesis como una forma de conocer basada en el recuerdo, en un reemerger de las ideas (ya que el alma ya conoce por vidas pasadas) que existen desde siempre en nuestra alma. Estas ideas son reminiscencia del mundo de las ideas (explicación mítico religiosa) que el alma ya conoció por ser esta inmortal y haber avistado el mundo suprasensible, por tanto ésta debe recordar para conocer, es decir: extraer de sí misma estos conocimientos que conoce pero ha olvidado.

Perspectiva de hecho: Platón logra dar fundamento a su teoría a través de la mayéutica socrática que le permite “extraer del alma de un esclavo” conocimientos geométricos que nunca había adquirido. Inducido por preguntas del filósofo, el esclavo llegó a la conclusión y solución del problema planteado; lo que para Platón significaba que aquel había extraído de si mismo tales conocimientos.

Filosófica: Otra forma de comprobar esto se expone en el Fedón, donde se explica que necesariamente debe haber algún lugar desde donde provengan aquellos conocimientos de “lo perfecto” que poseemos en nuestro ideario (el círculo perfecto con todos sus puntos equidistantes del centro). Aquí la teoría gira en torno a descubrir de donde proviene aquel plus que se deduce entre el margen que existe entre el conocimiento otorgado por los sentidos y el que nosotros poseemos como individuos de lo que es un círculo. Todo lo sensible que percibimos dista de aproximarnos a nuestra idea de círculo, por lo que esta idea perfecta debe provenir de nuestro interior, ya que del mundo exterior solo percibimos círculos aproximadamente perfectos. Esta vía habla de un descubrimiento y no de una creación, por lo que también sirve a Platón para fundamentar a la anamnesis.

Los grados del conocimiento

El conocimiento del mundo inteligible es siempre según Platón anamnesis, reminiscencia de las ideas alguna vez contempladas, sin embargo es menester determinar los modos en los que se puede conocer acorde a lo que se conoce. El conocer es relativo al grado de ser, es por esto que lo que no es no puede ser conocido y solo lo que realmente es (que es máximamente ser) puede ser conocido mediante la episteme o ciencia. Pero como en el mundo existe un punto intermedio entre el ser y el no ser que es la materia sensible (por estar sujeta a la contingencia) platón concluye en que también existe un tercer modo de conocer ligado a la materia que va a denominar doxa, opinión.

Antagónicamente con el desvelamiento de las verdades que la ciencia y la opinión realizan, el arte se dirige hacia el extremo opuesto. Según Platón el arte está tres veces alejado de la verdad, por reproducir una copia y por provenir de las facultades irracionales del alma. Los poetas representan la única excepción ya que ni copian ni razonan, estos son impulsados por un designio divino.

El estado

Para Platón el estado es una ampliación del alma humana que nace porque como humanos no somos capaces de vivir aislados, necesitamos de otros. La política en este sentido debe convertir al alma en la más virtuosa posible, para asegurar el bienestar del Estado.

Los ciudadanos están en los escritos divididos en tres estamentos que se reproducen a si mismos.

1.       Gobernantes o guardianes superiores: son quienes deben amar a la ciudad más que ningún otro. Son los cerebros de la ciudad, quienes deben conocer las ideas, contemplar el Bien y hacer cumplir las leyes.

En estos debe gobernar la sabiduría y el alma racional. Deberán educarse durante más de 50 años en filosofía con el objeto de llegar a contemplar al bien dialécticamente.

Comunidad de bienes.

2.       Los guardianes auxiliares: son los hombres en los que predominan la fuerza irascible del alma, y en los que recae la protección de la ciudad. Estos deberán bregar por el bienestar y el orden, evitando tanto riesgos internos como externos. Deben bregar por que cada ciudadano tenga el cargo que le corresponde y la educación.

En ellos debe predominar el coraje, la fortaleza y el valor. Su educación es gimnástico-musical durante de 20 años. Tienen el vicio de la ambición de poder y honor.

Comunidad de bienes.

3.       El pueblo: Son los poseedores de las riquezas. En ellos predomina el alma concupiscible y deberá prevalecer para contrarrestarla la templanza, que les permitirá someterse a las clases superiores y dominar la fuerza de atracción de los placeres. No poseen educación especial y en definitiva son mayores sus derechos que deberes.

La salud del Estado, es decir de esta gran alma u organismo, depende de que cada una de sus tres partes posea un correcto desempeño en sus funciones. Allí se concreta la unidad de la multiplicidad; en la Justicia y el bien. Lo mismo sucede con el individuo que al lograr un equilibrio interior, en las partes de su alma, logra la unidad de la multiplicidad.

Poco importa si el estado ideal existe o no, ya que se considera más importante que cada individuo realice a la ciudad platónica en su interior.

En lo que concierne a la soberanía del estado, Platón agrega que analizando al estado real y a sus ciudadanos en el actuar cotidiano, es muy difícil encontrar a la persona adecuada para ejercer con virtud y sabiduría el gobierno; es por esto que la ley deberá gobernar mediante constituciones escritas.

·         Monarquía: un hombre que imita al político ideal

·         Aristocracia: hombres ricos que imitan al político ideal

·         Democracia: todo el pueblo que gobierna imitando al político ideal

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·         Oligarquía

·         Demagogia

La erótica (el amor platónico) como vía alógica hacia lo absoluto

La doctrina del amor platónico está íntimamente unida a la búsqueda del Uno, que a nivel sensible, se manifiesta como bello: Eros (el dios) es un demon mediador, intermedio entre la fealdad y belleza, sabiduría e ignorancia, es una fuerza que mediante lo bello nos eleva a lo bueno, al bien, a través de varios grados que constituyen la escala del amor.

La belleza entonces en platón se une a la temática del amor, del Eros. Aquí el amor se constituye como un mediador entre lo sensible y lo suprasensible; es la fuerza que da alas y eleva hacia la belleza metaempirica en sí (atravesando distintos grados de amor). Como eros eleva hasta el bien, la erótica se compone como una vía alógica para alcanzar el absoluto. El amor es sed de belleza y bondad, sabiduría, felicidad, inmortalidad; el amor es un “intermedio” entre dios y el hombre; por esto es que el filosofo es aquel que aspira y está siempre en la búsqueda del saber, no es dios que todo lo sabe ni un ignorante, es un “intermedio”.

Como tal el amor tiene diversas vías para llegar al bien, buen amante es solo aquel que sabe recorrerlas todas para conocer así al absoluto. Escala del amor según sus grados:

·         Amor físico: es el más bajo en la escala del amor, es el deseo de poseer el cuerpo con el objeto de engendrar, alcanzar la inmortalidad a través de la creación de otro ser. La amistad también se encuentra dentro de este grado, ya que por un lado no esta vinculada al eros por no intermediar la pasión, pero por el otro la amistad es la búsqueda de un bien que no se tiene y se anhela

·         Los amantes: son fecundos no en el cuerpo sino en sus almas, es un amor espiritual. En una escala ascendente se encuentran aquí los amantes de las almas, las artes, la justicia, las leyes y la ciencia pura.

·         La culminación: el último peldaño coincide con la visión de fulgurante de la idea de lo bello en sí, de lo absoluto

El amor platónico así es anhelo de lo absoluto tensión trascendente hacia lo metafísico, fuerza que nos empuja hacia estar junto a los dioses, a elevarnos.

La alegoría de la caverna

Los cuatro significados del mito de la caverna.

1.       Los grados ontológicos de la realidad: los géneros del ser sensible y suprasensible y sus divisiones junto con sus respectivos grados de conocimiento.

                                 i.      Las sombras de la caverna son las meras apariencias sensibles de las cosas, su reflejo. Su conocimiento es Eikasia, o mera imaginación

                                ii.      Las estatuas representan a los objetos sensibles. Su conocimiento se denomina Pistis o creencia y está vinculado a las cosas sensibles en sí.

                              iii.      El muro es la línea que separa a lo sensible de lo suprasensible y las ideas.

                              iv.      Las ideas de los números o objetos matemáticos y las ideas visuales se encuentra en un punto entre la luz del mundo exterior y la caverna. El conocimiento aquí es Dianoia o conocimiento medio.

                               v.      Las ideas y la idea de bien están representadas en el mundo inteligible, por estar a la luz del sol, el absoluto. Aquí el conocimiento es noesis ya que hablamos de ideas puramente inteligibles.

2.       La vida en la dimensión de los sentidos y de lo sensible, es la vida en la caverna. Mientras la vida en la dimensión del espíritu es la vida a plena luz. El pasar se lo sensible a lo inteligible está representado como una liberación de ataduras. La visión del sol y la luz es la del bien en sí mismo.

3.       Concepción política. El regreso a la caverna por parte de aquel que conoce el mundo de las ideas para salvar al resto: reconoce al verdadero político. Esto es así ya que el que ve la luz y a aún así, a pesar de querer quedarse contemplando desciende (sabiendo que corre el riesgo de ser asesinado, como le sucedió a Sócrates) es un hombre que no ama el mando sino que lo usa y dispone al servicio del bien.

Falta la Ética!