La pregunta sobre Dios a lo largo de la historia

Clasificado en Filosofía y ética

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La pregunta sobre Dios ha existido desde sus comienzos en la filosofía y siempre estuvo unida a la cuestión del más allá o la inmortalidad. En la EDAD ANTIGUA, Platón definía la idea del Bien con las características propias de la divinidad: inmutable, eterna, perfecta. Aristóteles habla de Dios como Acto Puro y Causa. La llegada del cristianismo marcó el comienzo de otra época filosófica caracterizada por el teocentrismo. Las pruebas de la existencia de Dios que utiliza Descartes son tomadas de los filósofos de la EDAD MEDIA: San Agustín planteó que la idea de infinito está presente en el hombre que es limitado, por tanto, dicha idea solo puede proceder del Ser infinito. San Anselmo expuso su argumento ontológico: existe un Ser perfecto porque tiene todas las perfecciones y existe en el pensamiento y en la realidad. Santo Tomás se inspiró en los anteriores para crear su teología y en sus vías plantea el principio de causalidad: Todo ser contingente debe ser causado porque todo efecto tiene su causa. Yo no soy causa eficiente de mí mismo. Si yo, que soy limitado e imperfecto, me hubiera causado a mí mismo, yo sería perfecto, sería Dios. Está claro que soy un ser causado y contingente. Aunque Descartes se inspiró en Santo Tomás, la demostración cartesiana de la existencia de Dios razona desde Dios hasta el mundo, mientras Santo Tomás lo hacía a la inversa. LA EDAD CONTEMPORÁNEA estuvo presidida por el ateísmo. Para Marx solo existe la realidad material. Dios y la religión son alienantes, son instrumentos para anular al individuo y anular su pensamiento. Sartre afirma que el hombre está solo en el mundo, que no existe un Dios creador.

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