La presencia militar romana en la península Ibérica y su influencia cultural

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La presencia militar romana en la península Ibérica

Comienza en el año 218 a.C. como consecuencia de la Segunda Guerra Púnica frente a Cartago. Una vez ocupado el este y el sur peninsular (197 a.C.), la mayor resistencia vino de los pueblos del interior: lusitanos (Viriato, 139 a.C.) y celtíberos (Numancia, 133 a.C.). Por último, el sometimiento de los pueblos del norte en las guerras cántabras (29-19 a.C.) supuso la integración del territorio peninsular en el Imperio romano.

La romanización

Es el proceso de asimilación de la cultura romana por los pueblos conquistados, partiendo de una mayor intensidad en la costa mediterránea.

Sociedad

Existían desigualdades jurídicas (esclavos) pero se produjo una integración de las élites indígenas. En el 212, el emperador Caracalla concedió a todas las ciudades del Imperio el derecho romano, lo que equivalía al derecho de ciudadanía.

Economía

El sistema de producción era esclavista y exportador, integrándose en los circuitos comerciales del Imperio, con una economía monetaria basada en el denario. Mejoraron las técnicas en la explotación agropecuaria (regadío, salazón, etc.) y la minería.

Administración

Establecieron una división provincial (Bética, Lusitania, Gallaecia, Tarraconense y Cartaginense) y se potenció una red urbana para integrar el territorio.

Cultura

La difusión del latín, aunque las lenguas indígenas se utilizaron a nivel coloquial, y el derecho romano. Las obras públicas como acueductos (Segovia), puentes (Alcántara), calzadas, murallas (Lugo) fueron un exponente del esplendor del Imperio romano. El arte es heredero del griego y destacan templos (Diana en Mérida), teatros (Mérida), el anfiteatro (Itálica en Sevilla). En cuanto a la religión, pervivieron cultos indígenas junto a los romanos y otros de origen oriental; el cristianismo se difundió a partir del S. III, y tras el decreto de tolerancia conocido como Edicto de Milán (313), tenemos noticias de una estructura eclesiástica (Concilio de Elvira). En el 380, Teodosio convirtió el cristianismo en la religión oficial.

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