Producción, distribución y consumo: fundamentos económicos

La producción es el conjunto de bienes proporcionados por la actividad económica. La distribución consiste en el traslado de la producción hacia el consumidor y su venta en el mercado, lugar de encuentro entre productores y consumidores. El efecto primario incluye las actividades dedicadas a extraer los recursos naturales destinados a la producción y la distribución. El consumo abarca la agricultura, ganadería, explotación forestal y la pesca. El sector secundario incluye las actividades dedicadas a la transformación de los recursos naturales proporcionados por la producción, como la industria y la construcción. El sector terciario comprende las actividades que proporcionan servicios, como el transporte, turismo, comercio, enseñanza y sanidad.

El tamaño de las empresas se distingue entre pequeña, mediana y grande, según el número de empleados: hasta 50, de 50 a 250, o más de 250 trabajadores, respectivamente. La titularidad del capital permite distinguir entre empresa pública, cuando la gestión y el capital proceden del Estado, empresas privadas, cuando está en manos de particulares, y empresas mixtas, de capital público y privado. La organización social diferencia entre empresas pertenecientes a particulares y sociedades. Estas últimas responden a diversas formas, como sociedades anónimas, en las que el capital se divide en acciones, sociedades limitadas, donde el capital social es aportado por un número limitado de socios, y cooperativas, gestionadas colectivamente por los socios que aportan el capital.

En el circuito económico, las empresas venden los bienes que producen a las familias y al Estado. A cambio, reciben ingresos con los que pagan salarios a las familias por sus trabajos e impuestos al Estado. Las familias son las unidades básicas de consumo, cuya función es adquirir bienes para satisfacer sus necesidades. En el circuito económico, trabajan para las empresas privadas y públicas en el mercado laboral, a cambio de un salario con el que compran bienes a las empresas y pagan impuestos al Estado. El Estado es una unidad de producción y consumo cuyas funciones son producir bienes y servicios públicos necesarios para toda la sociedad, consumir bienes y servicios de las empresas privadas y conseguir el bienestar social. En el circuito económico, el Estado proporciona bienes y servicios a las empresas y las familias.

La producción de bienes se organiza a escala planetaria, ya que las grandes empresas multinacionales localizan sus fábricas en los lugares más ventajosos. Esto ha favorecido la creación de industrias en algunos países pobres, pero a costa de explotar los recursos y la mano de obra de los países donde instalan sus filiales. Los intercambios de mercancías, capitales, servicios, tecnología e información se dan a nivel mundial, lo que mejora las oportunidades de los países pobres. Sin embargo, su especialización en actividades menos productivas genera una fuerte deuda externa.

El consumo de bienes se ha ampliado y uniformizado gracias a la masiva difusión de la publicidad. Sin embargo, en la práctica, este consumo solo está al alcance de determinados grupos sociales. Este incremento favorece una explotación irracional de los recursos naturales y un deterioro del medio ambiente.

Los políticos propietarios de las grandes empresas influyen en la toma de decisiones de los países y de grandes organizaciones internacionales, lo que a veces impide el control democrático de la sociedad. En el ámbito económico, la libre competencia no funciona en ciertos casos, ya que las empresas eliminan a sus competidoras y controlan el mercado, pudiendo imponer los precios independientemente de la ley de la oferta y la demanda. Socialmente, la búsqueda del máximo beneficio individual puede determinar una insuficiente inversión en bienes y servicios sociales, perjudicando a los grupos más desfavorecidos. Medioambientalmente, el capitalismo promueve un crecimiento insostenible basado en el aumento constante de la producción y el consumo.