El Pueblo de Dios: Una denominación revolucionaria

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1. La Iglesia es el Pueblo de Dios:
Dios también tiene su pueblo, que es la iglesia.
No se forma por geografía, idioma, etnia, historia, cultura o intereses económicos, sino solamente por la fe en Jesucristo.
Pueblo de Dios: un pueblo convocado y reunido por Dios mismo.
Pueblo de Dios: un pueblo cuyo único jefe y rey es Dios.
Pueblo de Dios: un pueblo en el que Dios está reinando desde ahora: un pueblo ganado desde ahora para el futuro Reino de Dios.
Por parte de Dios esto es realidad. Falta que lo sea por nuestra parte.
Una denominación polémica.

a) El origen de esta denominación, está en el A.T El N.T lo aplica a los cristianos: ellos son el verdadero, el nuevo pueblo de Dios. Al nuevo pueblo de Dios se accede sólo por la fe. Es, pues, un pueblo universal y pluralista.


b) El Concilio Vaticano II rescata esta denominación. Pero produjo con una confrontación muy fuerte que podríamos esquematizar así:


Posición conservadora: acentuaba la separación entre jerarquía y laicos; la Jerarquía separada y delante del Pueblo de Dios.

Posición bíblica: acentuaba el carácter comunitario e igualitario de todos los miembros de la iglesia. Pueblo de Dios: sacerdote, laicos y religiosos, delante de la jerarquía. Fue la postura que se impuso.


La colocación definitiva de los capítulos en la Lumen Gentium es la siguiente:


La iglesia como misterio: unión íntima de la iglesia con Jesucristo y con Dios.

El pueblo de Dios: jerarquía, laicos y religiosos, como comunidad formada por

miembros iguales en lo fundamental.

A continuación vienen tres grupos, jerarquía, laicos, religiosos y otros capítulos.


Esta ordenación supuso un cambio revolucionario respecto de la teología anterior que enfatizaba la jerarquía en detrimento del Pueblo de Dios.


Algunas consecuencias.


La polémica colocación de este capítulo segundo destaca:


Acentuación del TODO, por encima de cualquiera de sus partes. La totalidad es antes que la jerarquía, los laicos o los religiosos.

Acentuación de la IGUALDAD. Lo esencial es lo que tenemos en común. Somos iguales en lo fundamental.

Acentuación de lo COMUNITARIO sobre lo particular.

Acentuación de la UNIVERSIDAD de la Iglesia, en cuanto a razas, cultura, geografía, etc... Dios nos ha convocado de entre todos los pueblos.

Acentuación del PLURALISMO. La iglesia debe ser plural y abierta en todos los aspectos: teología, liturgia, incluso la moral de lo que no vaya contra el recto sentido del hombre.


1.3. Una denominación revolucionaria.


Estas cinco notas muestran el carácter revolucionario de esta denominación y de su colocación. Para que nos demos idea del cambio que suponen, pensemos en lo que significan los laicos en la iglesia. El Concilio Vaticano II acabó el 8.XII.65.


Solamente 50 años antes, San Pío X había escrito que la iglesia es una sociedad de hombres en la que algunos presiden a los demás con plena y perfecta potestad de regir, enseñar y juzgar... Solo en la jerarquía residen el derecho y la autoridad necesarios para promover a todos los miembros hacia el fin de la sociedad.. La multitud no tiene otro derecho que el de dejarse conducir y seguir dócilmente a sus pastores.

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