Rationes seminales
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SAN AGUSTÍN
Nació en Tagaste, una provincia romana. A los 19 años, el dialogo de Hortensio le hizo cambiar de intereses y se puso en la búsqueda de la Verdad. Tras estar 9 años en la secta maniquea, se fue decepcionado a Roma (383). Mas tarde fue a Milán como profesor de retórica donde encontró al Círculo de los Neoplatónicos. Así es como entró en contacto con el cristianismo. Algunas obras: Soliloquios, El libre albedrío y la Ciudad de Dios.
El hombre: Es de las cosas que mas le preocuparon junto a Dios. El hombre para él es cuerpo y alma, el hombre exterior y el interior, siendo esta más importante por dos razones: El alma es la que recibe noticias de los sentidos y la encargada en interpretarlos. Y la mente, la parte mas elevada del alma, es la imagen de Dios en los humanos.
El alma: la mente también se identifica con la inteligencia o razón, o sea, es lo que nos diferencia del resto de seres y es lo más elevado del mundo. El cuerpo en cambio se identifica con lo mortal, etc, con lo que nos asemeja a los animales. Aunque el alma sea más importante, él mantiene que cuerpo y alma son uno y que al morir, el alma al ser inmortal, seguirá necesitando un cuerpo, que es de lo que Dios se encargará, en permitir la resurrección de la carne a un cuerpo inmortal.
Espiritualidad e inmortalidad: lo primero es que el alma es espiritual e incorpóreo ya que para poder entender cosas divinas, tiene que dejar aparte los sentidos, probando que el cuerpo y el alma tienen naturalezas distintas.
La razón que da para demostrar la inmortalidad del alma es la siguiente: El conocimiento científico en invariable y siempre lo será, pero necesita un sujeto en el que subsistir, este el alma. Pero si siempre existirá, eso quiere decir que el alma también, por lo que es inmortal.
La inmortalidad del alma es además la causa de la felicidad. Porque la felicidad significa la exclusión de la muerte, y si nosotros buscamos la felicidad, hay por lo tanto una razón moral que hace pensar que hay vida tras la muerte, de lo contrario, sería un deseo inútil (esta teoría no es del todo convincente).
Dios: para acceder a dios, él descubrió las verdades permanentes e inmutables. Para esto primero hay que rechazar el escepticismo. Agustín aceptó tres verdades, las matemáticas las éticas y las estéticas, las cuales son superiores a la mente. Al ser inferior, no las puede haber causado. Así que lo único proporcional a ellas que queda que las haya podido causar es Dios, la Verdad.
Otra manera es la siguiente: Dios es felicidad absoluta e innata, los humanos buscan la felicidad sin haber podido haberla visto antes, esto es porque es un recuerdo de Dios. Así que para alcanzarle, hay que traspasar la memoria.
Libertad humana y el mal: en esto él iba en contra de los maniqueos. Él decía que el mal solo existe en relación al bien, por lo que carece de sustancialidad, por lo que Dios no lo pudo haber creado. El mal es fruto de la libertad de la gente para actuar desordenadamente. En conclusión, el hombre es la imagen deteriora por el mal de Dios, pero puede restituirse eligiendo el Bien.
El mundo: fue creado de la nada en un acto libre por Dios. Esta idea se incorporó en la filosofía de la Biblia. Él, al aceptar esto, negó el panteísmo, puso un principio al tiempo, dedujo que hubo un punto de encuentro con Dios en el momento de la creación y que este dejo su huella en el mundo, por lo que el mundo es un todo ordenado, un cosmos y una vía de acceso a Dios.
Su teoría de las razones seminales, viene dada para explicar las ideas aparentemente contradictorias de dos textos bíblicos, en los que uno decía que Dios lo creo todo a la misma vez, y otro decía que lo fue creando día por día. Él decía que lo creo todo al mismo tiempo pero no en las mismas condiciones, así que, a causa de las razones seminales (gérmenes invisibles) los seres se iban desarrollando de una forma o de la otra, dependiendo de las condiciones. Aquí se ha visto prefigurada la teoría evolutiva aunque él no lo hizo con ese enfoque.
Nació en Tagaste, una provincia romana. A los 19 años, el dialogo de Hortensio le hizo cambiar de intereses y se puso en la búsqueda de la Verdad. Tras estar 9 años en la secta maniquea, se fue decepcionado a Roma (383). Mas tarde fue a Milán como profesor de retórica donde encontró al Círculo de los Neoplatónicos. Así es como entró en contacto con el cristianismo. Algunas obras: Soliloquios, El libre albedrío y la Ciudad de Dios.
El hombre: Es de las cosas que mas le preocuparon junto a Dios. El hombre para él es cuerpo y alma, el hombre exterior y el interior, siendo esta más importante por dos razones: El alma es la que recibe noticias de los sentidos y la encargada en interpretarlos. Y la mente, la parte mas elevada del alma, es la imagen de Dios en los humanos.
El alma: la mente también se identifica con la inteligencia o razón, o sea, es lo que nos diferencia del resto de seres y es lo más elevado del mundo. El cuerpo en cambio se identifica con lo mortal, etc, con lo que nos asemeja a los animales. Aunque el alma sea más importante, él mantiene que cuerpo y alma son uno y que al morir, el alma al ser inmortal, seguirá necesitando un cuerpo, que es de lo que Dios se encargará, en permitir la resurrección de la carne a un cuerpo inmortal.
Espiritualidad e inmortalidad: lo primero es que el alma es espiritual e incorpóreo ya que para poder entender cosas divinas, tiene que dejar aparte los sentidos, probando que el cuerpo y el alma tienen naturalezas distintas.
La razón que da para demostrar la inmortalidad del alma es la siguiente: El conocimiento científico en invariable y siempre lo será, pero necesita un sujeto en el que subsistir, este el alma. Pero si siempre existirá, eso quiere decir que el alma también, por lo que es inmortal.
La inmortalidad del alma es además la causa de la felicidad. Porque la felicidad significa la exclusión de la muerte, y si nosotros buscamos la felicidad, hay por lo tanto una razón moral que hace pensar que hay vida tras la muerte, de lo contrario, sería un deseo inútil (esta teoría no es del todo convincente).
Dios: para acceder a dios, él descubrió las verdades permanentes e inmutables. Para esto primero hay que rechazar el escepticismo. Agustín aceptó tres verdades, las matemáticas las éticas y las estéticas, las cuales son superiores a la mente. Al ser inferior, no las puede haber causado. Así que lo único proporcional a ellas que queda que las haya podido causar es Dios, la Verdad.
Otra manera es la siguiente: Dios es felicidad absoluta e innata, los humanos buscan la felicidad sin haber podido haberla visto antes, esto es porque es un recuerdo de Dios. Así que para alcanzarle, hay que traspasar la memoria.
Libertad humana y el mal: en esto él iba en contra de los maniqueos. Él decía que el mal solo existe en relación al bien, por lo que carece de sustancialidad, por lo que Dios no lo pudo haber creado. El mal es fruto de la libertad de la gente para actuar desordenadamente. En conclusión, el hombre es la imagen deteriora por el mal de Dios, pero puede restituirse eligiendo el Bien.
El mundo: fue creado de la nada en un acto libre por Dios. Esta idea se incorporó en la filosofía de la Biblia. Él, al aceptar esto, negó el panteísmo, puso un principio al tiempo, dedujo que hubo un punto de encuentro con Dios en el momento de la creación y que este dejo su huella en el mundo, por lo que el mundo es un todo ordenado, un cosmos y una vía de acceso a Dios.
Su teoría de las razones seminales, viene dada para explicar las ideas aparentemente contradictorias de dos textos bíblicos, en los que uno decía que Dios lo creo todo a la misma vez, y otro decía que lo fue creando día por día. Él decía que lo creo todo al mismo tiempo pero no en las mismas condiciones, así que, a causa de las razones seminales (gérmenes invisibles) los seres se iban desarrollando de una forma o de la otra, dependiendo de las condiciones. Aquí se ha visto prefigurada la teoría evolutiva aunque él no lo hizo con ese enfoque.