Redacción en ingles sobre mi mejor amigo
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Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para tomar nota y comprenderlos. No dejar escapar los detalles, aún sean los más mínimos, y sobre todo clasificarlos a d memoriam reí perpetuam. Es puntual anotar cómo veo el sitio donde me encuentro, las cosas que me rodean, ya que todo esto está variando. Es preciso establecer el origen de estos cambios.
Me dedico al periodismo desde hace bastante tiempo. Viajo por cualquier parte de Europa para encontrar las noticias e historias más neurálgicas y novedosas.
Estaba establecido en la frontera entre Austria y Hungría y cuando me dispónía a viajar a otro país, un suceso insólito empezó a suceder por estas tierras: empezaron a aparecer decenas de personas asesinadas e incluso ya, por estas fechas, se podría decir que centenas. Al principio, nosotros, los medios, empezamos a divulgar que se trataba de un asesino en serie, ya que todos los ultimados carecían de órganos. Cometimos un craso error. A medida que avanzó el tiempo empezaron a aparecer más y más muertos y nos dimos cuenta de que era imposible que hubieran sido cometidos por un mismo autor, ya que los lugares de los acontecimientos estaban muy separados geográficamente.
Empecé a investigar por mi cuenta. Me dirigí hacia Viena, donde había más densidad de casos. Llegué por la noche y me alojé en un hotel de los más caros, necesitaba descansar. Por la mañana fui a merodear por la escena de un crimen y pregunté al comisario cómo habían sucedido los hechos. No quiso hablar. Finalmente opté por enterarme de lo que sabían otros periodistas.
Las nuevas investigaciones que se habían realizado habían concluido que el cuerpo - y por consecuencia los demás - estaba mutilado por el vientre y las heridas que presentaba no correspondían a ningún objeto contundente sino correspondían a mordeduras de algún animal.
Era tarde y paseé por la bonita ciudad hasta llegar al hotel. Deseaba dormir, estaba muy cansado, tanto, que no bajé al comedor a cenar.
Al día siguiente, fui a tomar café a Les Quatre Fleurs con un viejo amigo mío, un policía inactivo que estaba al tanto de las investigaciones. Según él, las mordeduras eran de dientes que no correspondían ni a un ser humano ni a cualquier animal viviente y además se había analizado la sangre de las víctimas y para mi asombro, todas conténían la bacteria Yersinia pestis, causante de la peste. ¿Por qué las víctimas poseían
Me dedico al periodismo desde hace bastante tiempo. Viajo por cualquier parte de Europa para encontrar las noticias e historias más neurálgicas y novedosas.
Estaba establecido en la frontera entre Austria y Hungría y cuando me dispónía a viajar a otro país, un suceso insólito empezó a suceder por estas tierras: empezaron a aparecer decenas de personas asesinadas e incluso ya, por estas fechas, se podría decir que centenas. Al principio, nosotros, los medios, empezamos a divulgar que se trataba de un asesino en serie, ya que todos los ultimados carecían de órganos. Cometimos un craso error. A medida que avanzó el tiempo empezaron a aparecer más y más muertos y nos dimos cuenta de que era imposible que hubieran sido cometidos por un mismo autor, ya que los lugares de los acontecimientos estaban muy separados geográficamente.
Empecé a investigar por mi cuenta. Me dirigí hacia Viena, donde había más densidad de casos. Llegué por la noche y me alojé en un hotel de los más caros, necesitaba descansar. Por la mañana fui a merodear por la escena de un crimen y pregunté al comisario cómo habían sucedido los hechos. No quiso hablar. Finalmente opté por enterarme de lo que sabían otros periodistas.
Las nuevas investigaciones que se habían realizado habían concluido que el cuerpo - y por consecuencia los demás - estaba mutilado por el vientre y las heridas que presentaba no correspondían a ningún objeto contundente sino correspondían a mordeduras de algún animal.
Era tarde y paseé por la bonita ciudad hasta llegar al hotel. Deseaba dormir, estaba muy cansado, tanto, que no bajé al comedor a cenar.
Al día siguiente, fui a tomar café a Les Quatre Fleurs con un viejo amigo mío, un policía inactivo que estaba al tanto de las investigaciones. Según él, las mordeduras eran de dientes que no correspondían ni a un ser humano ni a cualquier animal viviente y además se había analizado la sangre de las víctimas y para mi asombro, todas conténían la bacteria Yersinia pestis, causante de la peste. ¿Por qué las víctimas poseían