El Regeneracionismo en la Restauración: Crisis y Reformas

1.- Primer Regeneracionismo

La clave del éxito del sistema político de la Restauración era la estabilidad política sustentada en dos pilares: la existencia de dos partidos principales (bipartidismo) y su alternancia pacífica en el Gobierno de la nación (turno de poder). Estos pilares empezaron a tambalearse. Los dos partidos dinásticos no eran partidos de masas, sino de notables, por lo que su fuerza radicaba en las características de sus miembros. Por ello, la muerte de los dos líderes políticos (Cánovas en 1897 y Sagasta en 1903) creó una gran crisis interna en ambos partidos. Esta crisis interna de los dos partidos dinásticos durante el reinado de Alfonso XIII explica el gran protagonismo político que asumió el monarca. En 1905, gana las elecciones el Gobierno Liberal y aprueba la 'Ley de Jurisdicciones' (1905) en ella se identificaban los delitos contra el ejército como delitos contra la Patria. Dicha ley exacerba los ánimos socialistas y, sobre todo, nacionalistas catalanes. Trataba de controlar el descontento del ejército y su intromisión en la política.

1.2.- El Gobierno Conservador de Maura

En 1907 vuelven los conservadores con los primeros intentos de reformas con un político como Maura. Su intención era hacer la 'revolución desde arriba'. Sus objetivos eran eliminar el caciquismo y conseguir la pureza de las elecciones, así como impulsar los ayuntamientos y diputaciones. Su reforma más ambiciosa fue la Ley de Administración Local que daba autonomía a los municipios. En esa misma línea, la creación de las Mancomunidades (asociación de municipios de una comarca) representa un intento de autonomía, pero no llegó a concretarse al caer Maura en 1909. Una de las reformas que mejor caracteriza a este periodo en el que el gobierno es conservador fue la legislación laboral que llevó a crear el Instituto Nacional de Previsión (1908), cuyo cometido era promover y facilitar los seguros sociales colectivos, pero su objetivo prioritario era resolver la lamentable situación de los trabajadores que, obligados por la vejez a dejar de trabajar, carecían de medios de subsistencia. Sin embargo, las condiciones laborales seguían provocando el descontento de las clases populares.