Por que el reino astur paso a denominarse reino de león

1-El reino de Asturias

Tras la derrota de Guadalupe fueron muchos los visigodos e hispanorromanos que se refugiaron en las regiones de Galicia, Asturias y Cantabria o Vasconia y en el vecino reino de los francos. En la zona cantábrica los cántabros y vascones poseían castra o lugares fortificados que permitían refugio y posibilitaban la residencia. Las noticias que tenemos sobre los orígenes del núcleo astur son escasas, pero sí sabemos que al frente de la insurrección contra los musulmanes en torno a 718 se encontraba Pelayo, tras ser reconocido jefe por los astures y godos huidos en el Monte Auseva. La rebelión de Pelayo y sus seguidores inquietó a los musulmanes, entonces ocupados en la Galia, pero las reiteradas peticiones de ayuda de Munuza, gobernador de Gijón, hicieron que el emir enviase sucesivas expediciones en una de las cuales los musulmanes fueron derrotados en un estrecho valle cercano a la Cueva de Santa María (Cova Dominica de donde Covadonga), sufrieron los musulmanes fuertes bajas a causa de un desprendimiento de tierras en las proximidades del río Deva. Tal fue la batalla de Covadonga, cuya fecha se ha situado entre los años 718 y 722, y parece que, como consecuencia de ella, los musulmanes abandonaron Asturias. Poco después, Pelayo fijó su residencia en Cangas de Onís, que se convierte en el núcleo inicial de un reino sin nombre y sin apenas territorio.

A la muerte de Pelayo (737) y tras el breve gobierno de Favila (737-739) fue reconocido dirigente un yerno de Pelayo, que es probable que ya emplease el título de rey Alfonso I (739-757). Su reinado coincide con la gran insurrección de los bereberes contra Córdoba (741), durante la cual abandonaron las tierras que ocupaban en zonas de la Meseta Norte.

El rey astur aprovechará la ocasión para consolidar su posición, convirtiéndose en el fundador del reino de Asturias, llevando una política que tuvo tres consecuencias importantes:       

• Ampliación del reino por las comarcas de León y Astorga.
• Incorporación de la población cristiana emplazada en esas zonas, cosa muy importante, pues la llegada de estos hispanogodos cambiará el carácter de la guerra contra el Islam, ya que el reino astur comienza a considerarse heredero del reino de Toledo y establece como su deber reconstruir el Estado Visigodo.
• Fijación de la frontera electiva entre cristianos y musulmanes en una línea que partiría de Coimbra, pasaría por Coria, Talavera y Toledo, remontaría el Henares por Guadalajara y terminaría en Tudela y Pamplona, teniendo como colchón el llamado “Desierto del Duero”, hoy muy discutido.

 Muerto Alfonso I, accedíó al poder su hijo Fruela (757-768), quien no pudo proseguir la obra de su padre, ya que la llegada de Abd al-Rahman I cambiaba las cosas en Al-Ándalus. Además, se enfrentó a varias rebeliones, consecuencia del centralismo que impulsaba el rey, quien moría asesinado, y su hijo Alfonso huyó a Vasconia. El asesinato de Fruela supuso la sumisión a Córdoba, que caracteriza los reinados siguientes, ya que ni Aurelio (768-774), ni Silo (774-783), que traslada la capital a Pravia, ni Mauregato (783-788) dejan nada brillante que contar. Finalmente llegó al poder el diácono Bermudo I (788-791), quien romperá la sumisión y será derrotado por Hisham I en Villafranca del Bierzo, lo que le indujo a renunciar en favor de Alfonso, el huido hijo de Fruela.