La Revolución Industrial y sus consecuencias

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La mecanización y el sistema fabril


Las nuevas fuentes de energía impulsaron la mecanización de nuevas máquinas que podían trabajar día y noche y realizar simultáneamente diferentes operaciones con mucha más rapidez. La mecanización estimuló la implantación del sistema fabril. La fábrica reunía bajo un mismo techo los dos factores de producción: capital y trabajo. Esto comportó la ruina de muchos artesanos.


La industria algodonera


El primer sector en mecanizar la producción fue la industria textil algodonera. El tejido de las Indias, al ser un tejido más higiénico, su demanda aumentó. La mecanización del tejido se inició con la lanzadera volante que aumentó la velocidad del tejido y permitió dar mayor anchura a las piezas. La hiladora spinning jenny y la mule jenny aumentaron la productividad de hilado. Cartwright inventó el primer telar mecánico, lo que desarrolló la industria.


La industria siderometalúrgica


La necesidad de hierro para la maquinaria estimuló la industria metalúrgica. La fundición del hierro necesitaba el carbón. Se empezó a cultivar el carbón de coque. Continuas innovaciones perfeccionaron este modelo industrial. El convertidor de Bessemer transformó el hierro fundido en acero y se desarrolló la metalurgia.


La minería del carbón y del hierro


La máquina de vapor y la industria siderúrgica necesitaban hierro y carbón. El desarrollo de la minería fue posible gracias al uso de vigas de hierro para cimentar la galería e introducir raíles y vagonetas.


La expansión de la industrialización


A principios del siglo XIX, Francia y Bélgica se industrializaron. A partir de 1850, Alemania, Italia y España. El crecimiento industrial fue más tardío. En Europa oriental, solo en zonas muy localizadas de los imperios austrohúngaro y ruso a finales del siglo XIX. En el resto del mundo, tan solo en EE.UU. y Japón se desarrolló una industria semejante a la europea.


El proceso de urbanización


La difusión de la industrialización obligó a los trabajadores a trasladarse a la ciudad y a vivir en torno a la fábrica. Así se consolidó una sociedad urbana. La burguesía abandonó el casco antiguo y para albergar las nuevas y confortables viviendas burguesas se planificaron barrios residenciales dotados de servicios públicos. Los trabajadores se establecieron en barrios obreros que crecieron sin planificación. Los edificios albergaban viviendas pequeñas sin agua corriente que a menudo acogían a más de una familia.


La sociedad industrial


Esto comportó una nueva sociedad de clases: la burguesía y el proletariado industrial. La movilidad social dependía de la riqueza. La burguesía, gracias a su estatus y a su creciente influencia, organizó la sociedad en función de unos nuevos valores basados en la propiedad privada, el trabajo, el ahorro y el individualismo. El proletariado, fuerza necesaria para mover las máquinas y producir bienes, vendía el trabajo por un salario. La clase media, no poseía grandes capitales ni propiedades, estaba formada por profesionales.

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