La Revolución Industrial en España: Condiciones laborales y protestas obreras

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Fragmento del Manifiesto de la Federación de la FRE AIT

El siguiente texto se trata de un fragmento de carácter socio-político perteneciente al Manifiesto de la Federación de la FRE AIT (Federación Regional Española de la Primera Internacional). La naturaleza de las fuentes es primaria, ya que este fue redactado por dicha organización justo en aquella época. Este va dirigido a todos los trabajadores de España, por lo que podemos asegurar que se trata de un documento de carácter público.

Nos encontramos en el año 1872 (fecha de la firma del texto). ‘La Gloriosa’ fue la revolución de 1868 con la que se derrocó a la reina Isabel II, dando comienzo al Sexenio Democrático o Revolucionario. Tras ello, se formó un gobierno provisional, y se redactó una nueva constitución basada en la soberanía nacional y en una amplia gama de libertades, muchos más moderna que sus anteriores. Esto fue lo que permitió la legalización de la AIT o Primera Internacional obrera en España, que tuvo su primera reunión en Barcelona (1870). Ya en 1871, Amadeo de Saboya accede al trono como nuevo rey de España, Amadeo I. Aun contando con el apoyo del liberalismo del Partido Radical de Manuel Ruiz Zorrilla y el Constitucional de Práxedes Mateo Sagasta, el rey se las tuvo que ver con una gran inestabilidad causada por numerosos problemas: carlismo, republicanismo, rechazo popular y, también, las agitaciones del movimiento obrero que había estado coordinando la AIT.

Económicamente, España perteneció a la última etapa de la Revolución Industrial, esto es, llevaba mucho retraso con respecto a Europa y su producción era muy baja y desequilibrada para finales de siglo. Esto se debía a diversos factores, como el bajo crecimiento de la población, la falta de innovaciones técnicas y el fracaso de las desamortizaciones. Por lo tanto, los obreros sufrían de pésimas condiciones laborales: salarios bajísimos, jornadas interminables, despido libre, ausencia de protección contra accidentes laborales y de vacaciones… A raíz de ello, se sucedieron las protestas de los trabajadores, primero mediante la destrucción espontánea de máquinas que sustituían su empleo (ludismo) pasando por el anarquismo y el socialismo marxista. Dentro de estas protestas podría destacarse la Revolución del petróleo de Alcoy. Por todo ello, Amadeo I decidió ilegalizar la AIT, resultando en la protesta del congreso de Zaragoza (la del propio texto), en la que se consideraba al Gobierno como ‘’Congreso burgués’’. A pesar de todo, esto no pudo frenar las protestas del movimiento obrero, que se consagraban en el PSOE, fundado en 1879 por Pablo Iglesias y en el sindicalismo de la UGT, fundada en 1888, y por supuesto los anarquistas, quienes rechazaban todo tipo de poder y autoridad.

La idea principal del texto es, por lo tanto, la reclamación del reconocimiento de los derechos de los trabajadores al Gobierno.

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