El Rey y el Senado Romanos: Funciones y Reyes Después de Rómulo

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El rey y el senado romanos

El rey en Roma era un cargo vitalicio y no hereditario. Representaba la autoridad sagrada. El rey vestía con manto púrpura, un cetro y una corona de oro e iba precedido por doce personas de su corte llamados lictores que llevaban dos varas entrelazadas de las que salían una hoja de hacha. El senado romano estaba formado por cien hombres mayores de 60 años de origen noble o patricio formado por tres senadores por curia, tres por tribu más un presidente. Su función era vigilar que se cumplieran las costumbres de los antepasados (mas maiorum). Al morir el rey se abría un proceso de tiempo de cinco días para que el senado eligiese a otro monarca. Este periodo se llama interregnum. Si no se hallaba candidato se abría un nuevo proceso de otros cinco días cuya responsabilidad pasaba a otro senador y así hasta encontrar la persona adecuada. Una vez elegido el pueblo reunido en asamblea debía dotarle de autoridad legal (imperium) que le hiciera cumplir la ley y dirigir las tropas (lex curiata de imperio).

Funciones del rey

Religiosas: se le atribuía la consulta de la voluntad divina (auspicia publica) y el ofrecimiento de sacrificios a los dioses (sacra publica). Civiles y políticas: convocaba la asamblea del pueblo (comitia curiata), distribuida entre las 30 curias o departamentos administrativos, diez por cada una de las tres tribus de Roma. La asamblea podía aceptar o rechazar los asuntos del orden del día pero no podía proponer una ley. Cada curia proporcionaba 100 infantes (centuria) y 10 caballeros o jinetes (decuria) lo que formaba un ejército de 3000 soldados de infantería y 300 jinetes de caballería bajo las órdenes del rey.

Los reyes romanos después de Rómulo

LOS REYES ROMANOS DESPUÉS DE RÓMULO: La monarquía romana abarcó desde el año 753 a.C hasta el 509 a.C. Tras la muerte de Rómulo tras treinta y ocho años en el cargo fue nombrado un rey sabino, Numa Pompilio, que introdujo en Roma la religión y el culto a los dioses, imponiendo como máxima autoridad divina al dios Jano. Además dividió el año en 12 meses y aplicó un calendario de días fastos y nefastos. El tercer rey fue Tulo Hostilio, de origen romano cuya afición era la guerra. El cuarto rey romano fue Anco Marcio, de origen sabino, cuya obra más destacada fue ampliar el territorio de la ciudad de Roma y construir el primer puente sobre el río Tíber. El quinto rey fue Lucio Tarquinio Prisco, de origen etrusco, que impulsó grandes obras públicas como la Cloaca Máxima, el Circo Máximo o el Templo de Júpiter Capitolino. El sexto rey fue Servio Tulio, de origen etrusco, que introdujo la primera constitución y organizó la ciudad en cuatro barrios implantando un sistema de impuestos basado en la renta y no solo en el nacimiento. Dividió a la población en clases (iuniores y seniores) y diseñó un muro que rodeaba la ciudad. El último de los reyes fue el etrusco, Tarquinio el Soberbio. Este reinó de un modo cruel y violento. Compró los libros sibilinos que eran un conjunto de oráculos proféticos de la sibila de Cumas. Debido a un incidente del hijo de este rey con una mujer patricia romana a la que llevó al suicidio, Tarquinio el soberbio tuvo que abdicar y la monarquía se extinguió para siempre en Roma.

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