San agustin contextualizacion

Clasificado en Filosofía y ética

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CONTEXTUALIZACION:S. Agustín nace en Tagaste en el 354. A los 19 años lee el Hortensio de Cicerón y le despierta el amor a la verdad. Su inquietud le lleva a hacerse maniqueo. En el 374 abre una escuela de retórica en Cartago, y, después otra en Roma donde conoce a San Ambrosio.. En ese tiempo el neoplatonismo le libera de las cadenas del materialismo maniqueo y le facilita el conocimiento de una realidad inmaterial. Escribe a San Ambrosio comunicándole la decisión de bautizarse. San Agustín regresa a Tagaste y funda una pequeña comunidad monástica. Es ordenado sacerdote el año 391 y en el 396 es consagrado obispo auxiliar de Hipona. Durante los años 413 al 416 escribe “la Ciudad de Dios”. En el 430 muere. San Agustín realiza una formulación completa del pensamiento cristiano. La obra de S. Agustín busca crear una “paideia cristiana”. Lo que podría llamarse “doctrina o pensamiento de S.Agustín” es fruto de un recorrido a través de sus obras, procurando entresacar los problemas centrales. La ciudad de Dios es una obra escrita por S. Agustín con el deseo de defender a los cristianos de las críticas de los paganos.La obra consta de 22 libros. Los diez primero versan contra los errores paganos. Los 12 restantes exponen la fe cristiana. El texto que comentamos corresponde a los capítulos 26 y 27 (“Imagen de la Trinidad en la naturaleza humana”) del libro XI. Una primera parte versa sobre el título señalado y la segunda parte trata de la esencia, y la ciencia; añadiendo el amor. La ciudad de Dios contiene una concepción de la sociedad y una reflexión en torno a la historia, donde tiene lugar el drama de la salvación. Hay una perspectiva moral, desarrollando una concepción lineal de la historia y no cíclica como la de los griegos. Para San Agustín la fe y la razón, conjunta y solidariamente, tienen como misión comprender la verdad cristiana. La colaboración entre razón y fe es de la siguiente manera: la razón tiene un papel preparatorio, la fe ayuda e ilumina al hombre en la búsqueda de la verdad cristiana y la razón aclara y explica los contenidos de la fe. Aparte de las ya señaladas tenemos las siguientes influencias: De Platón le influye su dualísmo filosóficos y antropológico, así como la dimensión utópica de la República, que se observa en la existencia de las dos ciudades. San Agustín adapta las formas o Ideas platónicas, y con el saber divino acerca de esas formas (ejemplarismo divino), Dios ilumina el intelecto humano. Todo lo producido por Dios existía antes en Dios. La conciencia religiosa de los neoplatónicos no se satisfacía con el concepto de emanación. Para San Agustín, Dios creó el mundo de la nada, y se puede decir que es bueno porque lo creó él; siendo el mal una privación de bien o pura negatividad. Esta teoría del mal está basada en el neoplatonismo.San Agustín y los escépticos: la autoconciencia. Este escepticimo contra el que lucha San Agustín, es el de la Academia Nueva, cuya tesis dice que no es posible conocer con certeza verdad alguna y que para la vida práctica basta con la probabilidad. San Agustín utiliza un argumento parecido al que emplea Platón contra los sofistas: ¿qué tipo de saber es ese que niega precisamente la posesión de saber? ¿Cómo negando la posibilidad de conocer la verdad se llaman a sí mismos sabios? El argumento decisivo contra los escépticos, es el de la autoconciencia (el conocimiento que tiene el alma de sí misma), como testimonio del mundo inteligible. Los escépticos, a pesar de lo que digan, están seguros de algunas verdades , como la de que dudan, por eso, concluye: “si fallor, sum”. Para San Agustín esta verdad es de orden inteligible. La autoconciencia en el texto que comentamos se extiende a toda la trinidad humana: conozco que existo, conozco que conozco y conozco que amo. Los maniqueos defienden que existen dos principios metafísicos del universo, el del bien y el del mal. Y, sin embargo, San Agustín, defiende la unidad de la conciencia. Y es que éste es el problema central del pensamiento de San Agustín, el problema del mal: metafísico, físico y moral. Llega a reconocer el mal un puro no ser.

 Pelagio combatía la doctrina del pecado original. Su tesis sostiene que cada hombre es responsable de sus propios actos, que el bien y el mal no preexisten a la obra de cada hombre. San Agustín luchó contra sus ideas. Con Adán y Eva pecó toda la humanidad, transformándose en masa condenada. Después del pecado original ningún hombre tiene derecho a salvarse. El origen último de la salvación en Dios. Al reconocer que el pecado y la victoria sobre él concierne a la interioridad de la conciencia humana, de ello ha resultado un nuevo concepto de persona dentro del cristianismo: identifica pecado con servidumbre, y gracia con estado de libertad.Gnosticos : En griego la palabra gnosis significa conocimiento. Los gnósticos, se esfuerzan en buscar unidad entre elementos fideístas y cognoscitivos. De esto concluye: de Dios emanarían los eones, una serie de entidades divinas intermediarias entre el ser supremo y el mundo. La última entidad sería un eón maligno el creador del mundo material quien lo ordena: dios del antiguo testamento. El hombre, tiene la posibilidad de salvarse con la intervención de un eón bueno: Cristo que tiene la función de hacerlo partícipe de conocimiento salvador (gnosis). Cristo no es Dios, no tiene cuerpo. Dios no es el mismo que creó el mundo. San Agustín, en cuanto a su corriente filosófica, pertenece a un filosofía medieval. Esta se divide en: La patrística y la filosofía escolástica. Este pensador es considerado como el más importante de los Padres latino y de la Patrística en general. La patrística es el pensamiento de los filósofos cristianos y que se inició con un grupo de “apologistas”. No es propiamente una filosofía elaborada y sistemática. Aparece el pensamiento en su diálogo con los herejes: el hombre puede alcanzar la verdad, el punto de partida está dentro, no fuera. Pues allí percibe la mutuabilidad de la naturaleza y dentro la inmutabilidad de las verdades, que, por tanto, han de provenir de Dios. El tema básico es la íntima conexión entre razón y fe.  Al llegar al siglo XIII tres corrientes filosóficas confluyen en este periodo: 1.El agustinismo: se caracteriza por afirmar que no se puede separar fe de razón Filosófica y Teología; por antropología dualista: El hombre “ es un alma Inmortal que se sirve de un cuerpo mortal”, de ahí que el conocimiento consiste en la interiorización; por la ética voluntarista: predominio de la voluntad sobre el entendimiento; la ontología: hilemorfismo aplicado a todas las sustancias; y respecto a Dios, hay desconfianza de las pruebas físicas de su existencia, y preferencia del argumento ontológico. 2. San Anselmo de Caterbury. Es célebre el argumento ontológico para probar la existencia de Dios a partir de la misma idea de Dios: “Todos los hombres, incluso el que no cree, tiene una idea, una definición de Dios: un ser tal que es imposible pensar otro mayor que él”. En esta definición está incluida la existencia. Esta definición ha sido negada por Santo Tomás y aceptada por todos los filósofos racionalistas. 3.San Buenaventura: seguidor de San Agustín. En cuanto a las repercusiones. La teoría del mal tendrá un gran peso en la historia del cristianismo, y volverá a resucitar en las discusiones filosófico-teológicas del periodo de la reforma protestante. Al trasmitirse durante los siglos posteriores, la filosofía de San Agustín dio lugar a la corriente agustiniana. Uno de los más importante de esta corriente será San Anselmo de Canterbury. El pensamiento de S. Agustín marcará la Edad Media, hasta el siglo XIII, donde Santo Tomás acogiendo la filosofía aristotélica realizará la segunda gran corriente del pensamiento cristiano, pero distinguirá la fe y la razón en cuanto a su origen, a su objeto y dominios. Más tarde en el Renacimiento habrá un interés renovado por el neoplatonismo agustiniano. Al comienzo de la Edad Moderna, Descartes expondrá su “código ergo sum”, que será antecedente de la autoconciencia agustiniana. San Agustín será el antecedente al punto de partida de Descartes “yo pienso”.

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