El tiempo en Los santos inocentes

Clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 3,9 KB

EL TIEMPO

El tiempo histórico

No existe en la novela ninguna fecha explícita que indique el año en que transcurre; hay, sin embargo, en el libro segundo una referencia al Concilio, que podría tratarse del Concilio Vaticano II, celebrado en Roma de 1962 a 1965. Otro detalle puede ser el uso del tractor en las labores agrícolas, inicio de la mecanización del campo, que se produjo en los primeros años de la década de los sesenta. También se alude en la novela a la masiva migración a las ciudades, que se produjo en esa época. Por tanto, se puede afirmar que la mayor parte de los acontecimientos del relato se sitúa en torno a los primeros años de la década de los sesenta.

El tiempo textual

Desde el punto de vista de la organización de la narración, destaca el uso subjetivo del tiempo. Los hechos sólo se relatan de una forma temporal lineal en los libros quinto y sexto; en los cuatro primeros existe una ruptura consciente de la linealidad del relato y se mantiene un constante juego con el tiempo mediante la reiteración de sucesos, la aparición de anécdotas fugaces y retrocesos temporales; en estos primeros capítulos importa más el dibujo del personaje que los hechos que protagoniza. El ritmo narrativo es lento en los cuatro primeros libros y se acelera en los dos últimos, en los que los acontecimientos se precipitan hacia un desenlace trágico, una vez que los personajes han sido dibujados en los primeros libros.

La subjetividad con que Delibes usa el tiempo en Los santos inocentes se dirige también a intensificar el sentido de muchos elementos temáticos de la novela, lo que se manifiesta en la existencia de tiempos distintos. Un tiempo concreto, concentrado, de los acontecimientos más importantes (dos últimos libros), que se hace de una manera lineal, sin alterar el orden lógico de los acontecimientos y en un tiempo reducido, sin intervalos, lo que determina el ritmo rápido de la acción, y que a su vez justifica el empleo de otro tiempo (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos narrados en los cuatro primeros libros; el ritmo narrativo en ellos es mucho más pausado, lento.

Un tiempo puntual en el que se ubican los episodios que rompen la rutina, y un tiempo habitual que expresa precisamente el vivir cotidiano de todos los habitantes del cortijo. Tiempo habitual que aparece en los cuatro primeros libros, donde encontramos numerosas marcas que intensifican la idea de rutina: “y así una vez tras otra, una primavera tras otra”; “y así fue corriendo el tiempo”; “y así día tras día”; “y así siempre, cada vez que...”.

Un tiempo puntual, con marcas de tiempo concretas: alusión a fechas concretas (“la batida de los Santos” el uno de noviembre), referencias a las estaciones del año o a los días de la semana, referencias a hechos señalados o el uso de los tiempos verbales (pretérito imperfecto de indicativo para el tiempo habitual: acontecimientos que se repiten; pretérito indefinido para ruptura: introducción de una acontecimiento puntual; presente de indicativo para referir diálogos en estilo directo).

Un tiempo de los personajes más relevantes; son los sucesos destacados de la vida de un personaje los que, en un momento dado, dictan el tratamiento temporal. La novela, aparte de contar los hechos memorables de la vida en el cortijo, también pretende hacer un recorrido por la vida de los personajes. Por ello, el autor usa caprichosamente el tiempo (desorden cronológico, analepsis o retrocesos temporales –flashback-,...) con tal de incluir aspectos que ilustren o justifiquen conductas presentes. Ejemplo: es muy amplia la proporción de tiempo que se dedica a Azarías; más reducido pero no menos relevante es el tiempo dedicado a Paco, el Bajo. Entre los personajes de segundo plano, destaca la importancia de las marcas de tiempo referidas a Nieves…

Entradas relacionadas: