El teatro romano: influencia griega y desarrollo de la comedia y tragedia

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En el 240 a.C los ediles se encargaron a Livio Andrónico la traducción de una comedia y una tragedia griega con motivos de ludi. Así nace la primera obra dramática en latín. Pero antes de eso los romanos habían conocido otras presentaciones con gran raigambre popular como las farsas atelanas o el mimo, basadas en la improvisación, donde actores cubiertos de máscaras representaban personajes, marcados por su gusto por lo grotesco y la burla.

La conquista de la Magna Grecia puso a los romanos en contacto con las representaciones teatrales griegas. Tras la helenización general de la cultura romana, después de la primera Guerra púnica cuando apareció el teatro romano regular, que es el más claro ejemplo de los romanos para apropiarse de las obras de arte griegas impregnándolas de su propio espíritu. El teatro romano imita, copia y traduce las obras griegas: los autores romanizan los modelos griegos con alusiones a personajes más reales, situaciones nuevas, gestos y elementos idiomáticos de gusto romano.

Las obras dramáticas latinas escritas en verso, llamadas fabulae, por ser habladas se clasifican por su asunto, tono y personajes, en tragedia y comedia: en tragedia aparecen héroes, dioses y reyes, en medio de duelos, destierros, muertes y grandes pasiones y el tono es solemne y el lenguaje elevado; en la comedia aparecen hombres corrientes, que hablan con tono desenfadado o incluso grosero, envueltos en enredos, amores, raptos.

Del total de poesía dramática y arcaica solo se han conservado las comedias de Plauto y Terencio, lo que nos indica los gustos de los romanos. En la comedia se hace distinción: comedia de ambiente griego, inspirada en los originales griegos, llamada fabula palliata, porque los actores vestían el pallium, el manto de los griegos. También existió una fabula togata, comedia de tema y ambiente romano, donde los actores vestían la toga. Esta apenas tuvo éxito. Plauto y Terencio hicieron la togata. Los comediógrafos, para escribir sus obras, usaron obras de la comedia nueva griega, especialmente la de Meandro, y recurrieron con frecuencia al contaminatio, a la mezcla de escenas de diferentes obras griegas.

Plauto: dejó una abundante producción literaria: más de 130 obras, de las que nos quedan solo 21 comedias y algunas incompletas. A nivel formal destacan la riqueza y variedad métrica, el dominio de la lengua popular, el uso de juegos de palabras o neologismos grotescos. En cuanto al argumento, domina la intriga, el enredo, situaciones cómicas. La música y el canto tienen gran peso en sus obras. Obras: Aulularia (viejo ávaro), Miles Gloriosus, Anfitrión, Captiviti, Poenulus, Asinaria.

Terencio: liberto de origen norteafricano, que a pesar de su origen humilde, llegó a formar parte del selecto y aristocrático círculo intelectual de los Escipiones. De su producción nos han llegado 6 comedias: El enuco, la suegra, los hermanos, formion, Andria, el atormentador de sí mismo. Son comedias más sosegadas que las de Plauto, menos movidas ya que tratan de representar la vida en sus momentos más íntimos. Hay más profundidad psicológica y menos intriga: están más humanizadas. Lenguaje cuidado y elegante.

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