Teatro siglos de oro normas clasicas

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Las normas clasicistas Los preceptistas del Renacimiento, apelando a la autoridad de Aristóteles y Horacio, defendían una serie de reglas:   1.Debía darse una distinción tajante entre tragedia y la comedia. La tragedia se caracterizaba por la acción –inicio feliz, final triste-; por el carácter sublime de los protagonistas –dioses, reyes y alta nobleza-; por el grado de realidad –el asunto tenía que ser histórico-; y por la forma –la tragedia tenía que estar en escrita en verso heroico-. La acción de la comedia, en cambio, pasaba del conflicto a la felicidad final; la condición social de los personajes tenía que ser media o baja; el asunto no debía ser histórico, sino inventado; y la forma utilizada era la prosa, más afín a la lengua coloquial, aunque en España se admitía también el verso.   2.Las obras tenían que estructurarse en cinco actos y mantener las tres unidades: de lugar, tiempo y acción  3.La finalidad de las obras teatrales era conseguir una enseñanza deleitable: mezclar, como afirmaba Horacio, lo útil con lo dulce. Las nuevas normas En 1609, Lope publica el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, obra en la que defiende la nueva comedia española y opina sobre los distintos aspectos del arte teatral:  1.Los personajes. Se pueden mezclar personajes trágicos y cómicos, nobles y plebeyos. Éstos intervienen en las acciones de aquéllos. 2.Mezcla de lo cómico y lo trágico, conforme a lo que ocurre en la vida.  3.La unidad de acción. Debe mantenerse, aunque el propio Lope no siempre lo hace.  4.Las unidades de tiempo y lugar. No es necesario respetarlas, si bien se recomienda que la acción transcurra en el menor tiempo posible.  5.El número de actos. Las obras constarán de tres actos (de exposición, de nudo y de desenlace). El acto o jornada se divide, a su vez, en breves escenas, que transcurren, a veces, en tiempos y lugares distintos. Con ello, la variedad en la jornada aumenta.  6.Intenso color nacional. Aunque los personajes no sean españoles, siempre se comportan y expresan como tales. El público los siente propios y puede identificarse con ellos.  7.La métrica. La comedia se escribe siempre en verso, y alternan endecasílabos y octosílabos, con predominio de estos. Varían mucho las estrofas: romances, redondillas, cuartetos, décimas, sonetos, etc.  Se ajusta a las situaciones, de acuerdo con una tradición que adscribe a cada estrofa un tema.  8.Finalidad. El fin de la comedia es deleitar y para ello el lenguaje empleado debe llegar a todos los públicos.

 

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