El fin de los tiempos y la resurrección en la fe cristiana

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EL FIN DE LOS TIEMPOS, LA RESURRECCIÓN Y EL MÁS ALLÁ

La Parusía de Cristo y la resurrección general

Juicio personal: Parusía es el regreso de Jesús al final de los tiempos. La parusía supone el paso definitivo de la humanidad a la gloria del Reino, es decir, el cumplimiento último de la salvación aportada por la primera venida de Jesús.

La resurrección de los muertos: La parusía irá acompañada de la resurrección general de los muertos. La resurrección de Jesús constituye la fuente de nuestra salvación, que consiste en la plenitud de una vida definitiva, en comunión de vida y amor con el mismo Dios y con los hermanos. La misma encarnación de Jesús está ya ordenada a nuestra resurrección.

El anuncio cristiano del fin de los tiempos no puede separarse de la fe en la persona de Cristo y en su resurrección. La esperanza en el triunfo definitivo del Reino de Cristo nos lleva a descubrir la dimensión eterna de cuanto está en gestación en nuestro presente y nuestra historia.

Juicio Personal: Así como la venida de Cristo para la consumación del mundo implica un juicio sobre el mismo mundo, la muerte de cada persona conlleva un juicio sobre su vida.

La vida eterna: Por su muerte y resurrección, Jesucristo nos abrió el cielo. Estar en el cielo es estar con Cristo, vivir en Él. Allí no hay sufrimiento ni violencia entre la multitud de hermanos. Las relaciones personales y de todos con todos son armoniosas y gozosas. En la resurrección hay dos tiempos, el momento de la muerte de cada persona y el fin de los tiempos. Para comprenderlo, debemos superar las concepciones temporales de la eternidad. Cuando alguien muere, abandona el orden de la temporalidad y entra en el orden de la eternidad, en el cual no hay un antes ni un después. El difunto participa totalmente de la resurrección.

Purificación- el purgatorio: Los que mueren en gracia y amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, sufren tras la muerte una purificación, para poder obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. El purgatorio es un proceso de purificación.

Qué significa el término “infierno”: La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios. La existencia del infierno no plantea un conflicto entre la misericordia y la justicia de Dios, sino entre su misericordia y la libertad del hombre. Dios ofrece la salvación a todo hombre, pero el hombre puede rechazar dicha salvación.

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