Tomas de aquino selectividad 2 pregunta

Clasificado en Filosofía y ética

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2. En este texto, perteneciente a la suma teológica, se estudia la ley natural (moral) y sus características más importantes, llegando a la conclusión de que dicha ley, coincide con las inclinaciones naturales del hombre, es universal e inmutable, si bien puede variar en sus aplicaciones particulares concretas. La ley eterna, mediante la cual Dios regula la estructura del universo que ha creado, se proyecta en las criaturas a través de la ley natural y, en el caso del hombre, rige sus tendencias naturales mediante la razón. De ahí los preceptos comunes a todos los seres de conservar la vida, a los animales de reproducirse y cuidar a la prole y, más específicamente, al ser humano de buscar la verdad y convivir con los demás.
La ley natural, al ser aprehendida por la razón humana, pertenece al ámbito de las verdades racionales; por encima del cual se sitúan las verdades de fe. Sin embargo, Tomás de Aquino señala que existe un ámbito intermedio de verdades reveladas que pueden ser demostradas racionalmente, en el que pueden colaborar fe y razón: es el terreno de la teología natural. En ella cabe demostrar, a posteriori, la existencia de Dios mediante cinco vías, todas las cuales parten de algún hecho de la experiencia, remontándose luego a la causa originaria que lo ha producido: Dios. Son las vías del movimiento, de la causalidad, de la contingencia, de los grados de perfección y del orden cósmico.


La demostración de la existencia de Dios abre el camino a la resolución del problema de la creación, que Tomás explica recurriendo a la distinción entre esencia y existencia: el único ser cuya esencia incluye la perfección de existir es Dios; en cambio, el resto de los seres no existen necesariamente, sino que solo “participan de la existencia”, debido a que Dios los ha creado, haciéndolos pasar de la simple posibilidad (esencia) a la existencia real.
Dentro de la creación, el ser humano es una sustancia constituida por materia (cuerpo) y forma (alma racional inmortal), que conoce la realidad abstrayendo las formas universales de los objetos, despojándolas de la materia. Así se alcanzan las virtudes intelectuales, que culminan en el conocimiento de Dios. Mediante la razón y el conocimiento de la ley natural, el ser humano también domina los impulsos pasionales, adquiriendo así las virtudes éticas. A través del conocimiento o a través del control de las pasiones, la virtud supone el predominio de la razón, y esta tiene siempre como fin la felicidad. La felicidad más elevada que le cabe alcanzar al ser humano consiste en buscar y conocer a Dios.
La ley natural se encuentra también en el centro de la teoría política de Tomás. Si el hombre es un ser sociable, deberá buscar la felicidad dentro de la sociedad, pero esta necesita una ley positiva que concentre los preceptos genéricos de la ley natural y busque en bien común. La ley positiva, por tanto, se deriva de la ley natural, con la que no puede entrar en conflicto si quiere ser una ley legítima. Santo Tomás garantiza, de esta forma, el vínculo entre el orden político y el orden moral, el cual, a su vez, enlaza por medio de la ley natural de Dios.

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