Transición Demográfica en España

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En el primer tercio del siglo XX se produjo en nuestro país la transición demográfica, aunque con retraso respecto a otros países de Europa occidental. En España, la caída de las tasas de mortalidad y de natalidad fue simultánea, mientras que en los países industrializados la reducción de la mortalidad precedió al descenso de la natalidad. Pese a todo, el descenso más rápido de la mortalidad que de la natalidad explica que la población experimentase un importante crecimiento.

Crecimiento de la Población

Desde fines del siglo XIX comenzó el descenso de la tasa de mortalidad y en particular de la mortalidad infantil, y como consecuencia aumentó la esperanza de vida al nacer.

Los factores que contribuyeron a ese descenso fueron: la práctica desaparición de mortalidad catastrófica, con la excepción de la letal epidemia de gripe de 1918, y la mejora de las necesidades básicas, así como de los servicios públicos higiénicos y sanitarios, de limpieza, alcantarillado y agua potable. Estas mejoras atenuaron e incluso acabaron con las enfermedades infectocontagiosas (diarreas y gastroenteritis).

Por su parte, el descenso de las tasas de natalidad fue más lento y se debió a la modernización de la vida urbana y la incipiente incorporación de la mujer al trabajo no doméstico, hecho que favoreció el control de la natalidad con medidas anticonceptivas elementales.

Los Movimientos Migratorios y el Proceso de Urbanización

En los primeros años del siglo XX aumentó de forma muy notable la emigración a ultramar, teniendo un espectacular aumento hasta 1914 IGM (Cuba, Argentina). El proceso migratorio interior estuvo íntimamente relacionado con el progreso del sector industrial y terciario y con el desarrollo urbano de este periodo.

El proceso de urbanización comenzó en la segunda mitad del siglo XIX y se aceleró por el desarrollo de la industria. La población urbana creció, pero todavía lejos de la tasa de urbanización de otros países europeos. La modernización demográfica y económica se reflejó con un descenso en la agricultura y una creciente mano de obra industrial y de servicios.

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