Vertientes hidrográficas españolas: características y ríos principales

Estándar 3: Las vertientes hidrográficas españolas

La red fluvial peninsular se estructura en tres vertientes hídricas: cantábrica, atlántica y mediterránea. En los archipiélagos no encontramos auténticos ríos y la escorrentía superficial se limita a barrancos y torrentes.

1. La vertiente cantábrica

Ríos que desembocan en el Cantábrico, en el norte peninsular. Son ríos cortos, que nacen en la Cordillera Cantábrica. Excavan profundos valles para salvar los desniveles (de hasta 2000 m) entre las montañas y el mar, por lo que tienen gran fuerza erosiva y un carácter torrencial aprovechado para la producción de electricidad.

2. La vertiente atlántica

a) Los ríos gallegos:

Cortos y de caudal abundante y regular, como los de la vertiente cantábrica. Destacan los ríos Eume, Tambre, Ulla y Miño.

b) La Meseta y la depresión Bética:

Ríos de gran longitud, ya que nacen en montañas alejadas de su desembocadura. Discurren por extensas llanuras con una marcada aridez estival, que se traduce en un régimen irregular, dulcificado por el aporte de sus afluentes.

3. La vertiente mediterránea

Ocupa el 31% de la superficie peninsular, desde Girona hasta Gibraltar. La divisoria de aguas se sitúa en el Sistema Ibérico y los Sistemas Béticos. Excepto el Ebro, son de pequeña o mediana longitud, cuencas reducidas y pronunciadas pendientes, debido a la proximidad de los relieves montañosos a la costa.

4. La red fluvial insular y de Ceuta y Melilla

En Baleares hay cursos intermitentes, torrentes o torrents, similares a las ramblas levantinas. En Canarias, la aridez y la litología volcánica impiden la existencia de ríos, limitándose a una red de barrancos. Ceuta y Melilla reducen sus recursos hídricos a unos pocos arroyos de escasa longitud.