La conquista romana de la península ibérica
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Una poesía larga y difícil
La conquista romana de la península fue una empresa larga y llena de complicaciones.
La dura resistencia de algunas ciudades como Numancia o Calahorra constituyen algunos ejemplos.
La mayoría de los soldados romanos se negaba a hacer campaña en la península debido a factores como la dureza del clima invernal en el norte, la falta de alimentos y la escasez del botín obtenido.
Fue necesaria la presencia de los grandes generales romanos como Catón, Publio Cornelio Escipión o el propio emperador Augusto.
El ejército romano acabó profesionalizándose. Los territorios conquistados fueron incorporándose al imperio como provincias.
Los romanos
Los romanos organizaron la península. Citerior = la cercana, Ulterior = la lejana. La Ulterior se dividió en Bética y Lusitania y la Citerior se denominó Tarraconensis. Cada una de ellas estaba regida por un gobernador que tenía su sede en la capital respectiva (Córdoba, Emerita Augusta y Tarraco).
Los romanos ejercieron su dominio a través de las ciudades. Hispania se convirtió en una provincia importante por los recursos que se obtenían de sus minas y por su posición estratégica.