Etnocentrismo

Etnocentrismo es una ideología que sostiene que una cultura determinada es la única que encarna la civilización. Dicha cultura sería el centro del mundo en el sentido de que todas las demás culturas se podrían clasificas de acuerdo con su mayor o menor aproximación a la cultura central. El etnocentrismo a veces pretende revestirse como una doctrina científica, como sucedió con los intentos de los nacional socialistas (nazis) de establecer criterios biológicos rigurosos para distinguir las distintas razas. Una ilustración gráfica de la crítica del etnocentrismo la ofrece el antropólogo Claude-Levi-Strauss cuando afirma que salvaje es quien llama a otro salvaje. A pesar de que el etnocentrismo es criticable no todas las culturas humanas son equiparables dado que existen grandes diferencias entre los rasgos culturales de unas y otras. Aunque no haya culturas superiores superiores a otras en todo orden de cosdas (términos absolutos) es cierto que ciertas culturas son más abarcadoras que otras. Una cultura dada puede abarcar a otra cuando es capaz de reproducir todos los rasgos culturales de esta. Por ejemplo, un musicólogo europeo actual puede reproducir sin dificultad el sonido de una flauta indígena mediante recursos informáticos. Las culturas más abarcadoras de todas merecerían el nombre de culturas civilizadas por excelencia. El concepto de civilización puede definirse como un conjunto de rasgos culturales característico de rasgos estatales que conocen la escritura. El estado, a su vez, implica la desigualdad socioeconómica, es decir, la división social del trabajo. Cualquier grupo social que no posea estos rasgos culturales no será civilizado. En el siglo XIX el antropólogo norteamericano Tyler distinguió tres etapas de la evolución cultural: el salvajismo, la barbarie y la civilización. Los dos primeros estadios presuponen un nivel de desarrollo científico y técnico mucho menor que el de la civilización. La civilización comprende rasgos culturales universales en el sentido de que pueden ser compartidos por todos los seres humanos sea cual sea su procedencia cultural. Los rasgos culturales más universales son: la tecnología, la ciencia y los derechos humanos.