Factores de cohesión en los grupos y principios para su acción
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Factores extrínsecos:
Preceden a la formación del grupo y son:
- Controles sociales: normas y leyes públicas como modo de presión de la opinión pública.
- La valoración y aplauso exterior potencian el sentido de permanencia y el nivel de satisfacción en el grupo (valorar un centro educativo, una obra de teatro, unos resultados deportivos).
- La incomprensión y ataques del exterior: hace que incluso grupos o miembros de grupos aparentemente irreconciliables se unan ante un enemigo común.
- La dependencia jerárquica del grupo respecto a otra entidad más amplia.
- La similitud o diferencia de posiciones sociales de la que gozan sus miembros: se puede decir que la proximidad en todas sus formas – espacial, social y cultural- constituye una poderosa facilitación.
Factores intrínsecos:
Factores socio-emotivos:
- Los problemas, éxitos y fracasos compartidos.
- El interés y entusiasmo por un objetivo común.
- La fuerza atractiva de la acción compartida.
- El espíritu de equipo expresado por medio de cantos, ritos, celebraciones, etc.
- Las afinidades interpersonales que refuerzan el sentimiento de simpatía grupal.
- La satisfacción de ciertos anhelos personales que exigen la presencia de los demás: deseo de prestigio, reconocimiento, aceptación.
- La comunicación de experiencias personales.
Factores socio-operativos:
- La distribución de roles con vistas a la acción y teniendo en cuenta gustos, aptitudes y posibilidades.
- La capacidad organizativa del grupo y la capacidad organizadora del líder.
- El logro de una empresa común, como suma de realizaciones personales.
Principios de cohesión en la acción: AMBIENTE
El ambiente físico influye sobre la atmósfera del grupo y por tanto debe ser dispuesto de modo que contribuya a la espontaneidad, participación y cooperación.
REDUCCIÓN DE LA INTIMIDACIÓN:
La reducción de las tensiones favorece el trabajo y el rendimiento de los grupos. Hay que hallarse cómodos y a gusto con los demás para que las relaciones interpersonales puedan ser amables, cordiales y de colaboración.
LIDERAZGO DISTRIBUIDO:
Debe favorecer la tarea y el logro de los objetivos, mediante la distribución entre todos los componentes del grupo, a fin de que todos tengan oportunidad de desarrollar las correspondientes capacidades.
FORMACIÓN DEL OBJETIVO:
El objetivo debe establecerse con la mayor claridad y con la participación de todos, pues incrementa la conciencia colectiva del “nosotros”. Cuando los objetivos no son determinados desde fuera, el grupo trabaja con mayor interés y más unido.
FLEXIBILIDAD:
Aunque los objetivos deben cumplirse, si sucede que nuevas circunstancias o necesidades aconsejan alguna modificación, debe haber en el grupo la suficiente elasticidad y compresión para posibilitar la adaptación constante a esas nuevas situaciones. Debe evitarse la excesiva rigidez de reglamentaciones o normas.
CONSENSO:
La comunicación debe ser libre y espontánea; que evite los bandos; que haga posible el acuerdo en las decisiones y resoluciones entre los miembros. El consenso se obtiene mediante el buen clima del grupo, con auténticas relaciones interpersonales.
COMPRENSIÓN DEL PROCESO:
El grupo debe distinguir entre lo que se dice y la forma en que se hace; las actitudes y reacciones de los miembros; los tipos de interacción y participación. Implica prestar atención a lo que ocurre en el grupo durante la realización de tareas: roles, tensiones, inhibiciones, ansiedad, maneras de enfocar los problemas, etc. La comprensión del proceso facilita la participación efectiva y el logro de objetivos.
EVALUACIÓN CONTINUA:
El grupo necesita saber en todo momento si los objetivos y actividades responden a las conveniencias e intereses de los miembros. El propio grupo elegirá la técnica y procedimiento más adecuado para establecer una evaluación.