La importancia de la situación comunicativa en el estudio de la lengua oral

Al estudiar la lengua oral, no sólo nos ocupamos del canal de producción, sino también de la situación comunicativa. Tendremos en cuenta tres aspectos: quién usa la lengua (participantes), en qué situación (marco) y para qué (objetivo).

Los participantes

Hay que tener en cuenta el número de participantes y sus características, además del papel que desempeñan en la vida cotidiana. Todo texto se desenvuelve en un contexto, pues los enunciados se cargan de sentido en una situación determinada.

No hay nada que pueda estar preestablecido, ya que la realidad es más compleja de lo que imaginamos. Los papeles que representamos se negocian de manera continua (Ej.: panadera).

Se suele apuntar que cada uno de nosotros nos situamos ante los demás sobre dos ejes: el eje horizontal (indica la relación proximidad/distancia) y el eje vertical (indica poder, jerarquía). En muchas de las profesiones el eje vertical se manifiesta con el tipo de uniforme y el tuteo o el trato de usted, entre otras. Sin embargo, la relación puede cambiar si entre los participantes existe familiaridad, ya que pueden tocarse, mirarse, hacer preguntas personales, etc. (eje horizontal).

Los participantes mantienen entre ellos un determinado vínculo socioafectivo, por lo que si dos personas que no se ven desde hace tiempo se encuentran en la calle pueden actuar de dos maneras: saludarse cordialmente, ya que el trato no es íntimo, o saludarse y hacer preguntas de sus vidas personales, ya que existe un lazo más afectivo entre éstos.

El marco

El marco queda definido por el tiempo y el espacio, pues siempre nos encontramos en un aquí y en un ahora. La falta de tiempo o el hecho de no tener prisa son factores decisivos para mantener una conversación u otra. (Ej. Panadera con mucha cola).

En cuanto al espacio, se suele distinguir entre público y privado. Por ejemplo, en nuestras casas hay espacios públicos (comedor, salón) y otros más privados (las habitaciones o el baño).